En el cierre de la cumbre celebrada en San Petersburgo, los dirigentes del G-8 --los ocho países más industrializados del mundo-- reclamaron a las economías emergentes importantes concesiones para lograr concluir antes de un mes las negociaciones comerciales de la ronda de Doha.

La ronda fue lanzada a finales del 2001 con el propósito de impulsar las economías de los países en desarrollo y eliminar las barreras del comercio mundial. La conclusión de las negociaciones permitirá a los países en desarrollo pertenecientes al Grupo de los Cinco (México, Brasil, Suráfrica, India y China) beneficiarse plenamente del comercio internacional. Estos cinco estados representaron en la cumbre a los países en desarrollo de todo el mundo.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció en San Petersburgo que dará instrucciones a su ministro responsable de las negociaciones para que muestre "la flexibilidad necesaria" en el tema de los aranceles industriales con el fin de llevar a buen puerto la negociación. Su homólogo francés, Jacques Chirac, descartó como "injustificada" cualquier concesión nueva por parte de la Unión Europea (UE) en el marco de las negociaciones comerciales si no hay garantías de una respuesta recíproca de Estados Unidos y los países emergentes.

REUNION Los responsables de Comercio de la Unión Europea, Estados Unidos, Brasil, Japón, la India y Australia se reunieron precisamente anoche en Ginebra con el director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, quien habló de "avances mínimos" en las negociaciones nada más aterrizar en la ciudad suiza.