Varapalo a la política del presidente de EEUU, George Bush, en Irak. La crítica procede del que fuera uno de sus más fervientes aliados, el general británico Mick Jackson, retirado, pero que durante la invasión del país, en marzo del 2003, dirigió a las tropas del Reino Unido en Irak. El militar califica de "bancarrota intelectual" la política de la Administración estadounidense durante los años posteriores a la caída del régimen de Sadam.

En un libro autobiográfico, del que se hizo eco ayer el diario londinense The Daily Telegraph , Jackson se ceba de manera especial en el exsecretario de Defensa de EEUU Donald Rumsfeld, al que hace responsable de gran parte de la situación que vive hoy Irak, país sumido en el caos.

El militar considera un gran error haber dejado en manos del Pentágono y del controvertido Rumsfeld la gestión del país tras la caída de Bagdad. Critica, por ejemplo, el no haber enviado más soldados tras la derrota de Sadam y la decisión de disolver el Ejercito del dictador. "Deberíamos haber mantenido a los servicios de seguridad iraquís y ponerlos bajo el mando de la coalición", afirma el militar.

A Bush le recrimina utilizar solo el poder militar para hacer frente al terrorismo global, una política que califica de "inadecuada". Además, Jackson revela que dudó del documento que el Gobierno británico presentó en el que se aseguraba que Sadam disponía de armas de destrucción masiva.

MOMENTO DELICADO El libro del general británico aparece en un momento especialmente delicado en las relaciones entre Londres y Washington. En algunos medios estadounidenses se critica ahora, tras la marcha del expremier Tony Blair, la actuación de las tropas del Reino Unido en Irak y su plan de retirada.

Ayer, el Gobierno de Bagdad cifró en 1.773 los civiles iraquís muertos en agosto, aunque fuentes independientes elevan el número a más de 1.800.