El presidente de Estados Unidos, George Bush, eligió ayer a su padre, George Bush, y al también expresidente Bill Clinton para encabezar una campaña nacional destinada a recaudar fondos para los damnificados del sureste asiático, después de que su Gobierno anunciara que no aportará más dinero.

El presidente Bush lanzó ayer la campaña pidiendo "a cada uno" de sus compatriotas que contribuyan "con lo que puedan", en un acto en la Casa Blanca en el que le flanquearon su padre y Clinton. "Queremos garantizar que haremos cuanto podamos, tanto el Gobierno como la empresa privada, para ayudar a quienes sufren", dijo el presidente. "La gran fuente de la generosidad de EEUU no es nuestro Gobierno, es el buen corazón del pueblo", añadió.

Bush anunció la semana pasada una ayuda de 35 millones de dólares, aumentada a 350 tras ser criticada por escasa.

FONDOS LIMITADOS El secretario de Estado, Colin Powell, y el gobernador de Florida, Jeb Bush, visitaron ayer los países devastados. Sin embargo, Powell dijo en Bangkok que su Gobierno no hará más aportaciones. Washington "no ve escasez de dinero" para las tareas de auxilio, afirmó.

Las Naciones Unidas superaron ayer la barrera de los 1.500 millones de dólares (1.119 millones de euros) reunidos para afrontar el desastre. "Es lo que la ONU recauda en un año para sus operaciones de ayuda. Es una cifra sin precedentes" en sólo una semana, declaró Elisabeth Byrs, portavoz de la organización.

Los compromisos de ayuda siguen fluyendo de todo el mundo. Los ciudadanos españoles ya han donado más de 13 millones de euros a las ONG que trabajan en la zona, informa Europa Press.