Con los ojos puestos en la batalla electoral que se avecina para su reelección, el presidente de EEUU, George Bush, busca una forma de contrarrestar el creciente pesimismo de los ciudadanos por la desastrosa posguerra iraquí y la persistente amenaza terrorista. Nada mejor que el lanzamiento de un nueva meta nacional para recuperar la alicaída moral de los estadounidenses. El líder de la Casa Blanca sopesa ahora enviar de nuevo un hombre a la Luna y establecer allí una base permanente.

"China y otros países están haciendo planes para mandar a seres humanos a la Luna; no creo que queramos que otros países se nos adelanten", explicó el jueves el senador republicano Sam Brownback, al filtrar a la prensa nacional el plan de Bush.

Con ello, Bush pretende seguir los pasos de su padre, cuando lanzó un llamamiento a impulsar la exploración de todo sistema solar el 20 de julio de 1988, y cuya iniciativa fracasó estrepitosamente.

George Soros, el filántropo multimillonario que ha donado 12,5 millones de dólares (10,2 millones de euros, más de 1.600 millones de pesetas) a las organizaciones que harán campaña contra la reelección de Bush, advirtió ayer, en un artículo publicado en el The Washington Post , que votando en contra del presidente republicano, se podrá "considerar la doctrina de Bush como una aberración temporal y suprimirla".

MAS MUERTOS EN IRAK Por otro lado, mientras el presidente de EEUU nombraba ayer a James Baker --secretario de Estado en la Administración de Bush padre-- embajador especial para la deuda iraquí con el objetivo de reducirla y reestructurarla, cuatro iraquís y un soldado de EEUU morían en Bagdad. El atentado con explosivos se produjo contra un convoy de vehículos estadounidense. Esta nueva víctima es el número 190 desde que Bush decretó el fin de las operaciones de envergadura el 1 de mayo.