Rusia demostró ayer que no tiene prisa en aceptar la oferta del alto el fuego en su conflicto armado con Georgia por el control de las repúblicas separatistas de Osetia del Sur y Abjasia. Pese al llamamiento del presidente georgiano, Mijail Saakashvili, apoyado por mediadores de la Unión Europea (UE), que pedía el cese inmediato de las hostilidades, las tropas terrestres rusas se adentraron ayer por primera vez en el territorio georgiano (no en la provincia georgiana de Osetia del Sur).

Fuentes militares georgianas afirmaron que las fuerzas rusas se acercaron a la estratégica ciudad de Gori, que abre el camino hacia Tiflis. "El objetivo de Rusia es el cambio de régimen en Georgia. Estamos ante un proceso de ocupación. Esto ocurrió después de que yo hiciera público el alto el fuego. De esa forma, Rusia abriría una ruta para sus tanques hacia Tiflis", dijo Saakashvili en la capital.

El Ministerio de Defensa ruso desmintió estas acusaciones y declaró que los militares rusos "no tienen planes de avanzar hacia Tiflis". "Estos rumores posiblemente se deben al pánico que cunde en las altas esferas del poder georgiano", dijo un portavoz de Defensa.

DESPLIEGUE INMEDIATO Para proteger Tiflis de la temida ofensiva rusa, Saakashvili ordenó el despliegue de los 2.000 militares que están regresando con urgencia de Irak con ayuda de la aviación militar estadounidense. También se concentraron en la capital georgiana los tanques y carros blindados retirados de Osetia del Sur.

La población local hacía colas ayer en Tiflis para hacer reservas de alimentación y de medicamentos preparándose para un eventual asedio. Miles de personas se dirigieron también a las zonas montañosas, así como a la frontera con la vecina Azerbaiyán para huir de los ataques aéreos de las tropas rusas.

Los aviones rusos atacaron ayer varios objetivos militares para desorganizar a las tropas georgianas, según explicó un portavoz del Estado Mayor ruso. Saakashvili firmó ayer un alto el fuego unilateral como fruto de las gestiones diplomáticas de la UE, en presencia de los ministros de Exteriores de Francia y Finlandia. Sin embargo, el Kremlin no lo tomó en consideración y dijo que no confiaba en las promesas de Saakashvili. El Consejo de Seguridad de la ONU empezó a debatir anoche un proyecto de resolución que inste a poner fin al enfrentamiento militar.