Tiene de su lado a los principales líderes europeos y al todopoderoso EEUU. Pero el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, no esconde su manifiesta decepción al no lograr arrancarles, más allá del papel de mediadores, una resolución de condena a Rusia por su desproporcionada intervención bélica en el conflicto entre Georgia y la región separatista de Osetia del Sur.

El presidente georgiano, que firmó a regañadientes el acuerdo de alto al fuego, lamenta la tibieza de Europa y EEUU ante lo que califica como "barbarie" rusa. Diversos rotativos de Rusia se hacían eco ayer de la mezcla de enfado y decepción de Saakashvili. "Tiflis esperaba que la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, se presentara en Georgia con un proyecto de resolución de condena a Rusia. Pero no se produjo", recogía ayer el diario Pravda . El poder de veto de Rusia en la ONU abocaría a un fracaso anunciado cualquier iniciativa en este sentido.

El periódico Kommersant informaba del profundo recelo del presidente de Georgia a la presencia de tropas de paz rusa en Osetia del Sur y Abjasia hasta que se cree una fuerza pacificadora internacional. Un recelo que no se diluyó a pesar de que la secretaria de Estado norteamericana le insistió en que ese aspecto "no le afectará en nada".

LIMPIEZA ETNICA Mientras los líderes mundiales escriben la paz en documentos, la población intenta, con muchísima dificultad, volver a su vida cotidiana. Muchos ya no lo conseguirán. Es el caso de la población georgiana que vivía en el enclave separatista de Osetia del Sur. Los ciudadanos de origen georgiano han sido asesinados o expulsados de sus casas y aldeas, según acusaciones de Tiflis. Y las declaraciones del líder surosetio Eduard Kokoity al diario Kommersant son tan tajantes como poco halagüeñas: "Hemos arrasado con todo". "No estamos dispuestos a dejarles volver", aseguró el líder osetio.

En la estratégica ciudad georgiana de Gori --ciudad de nacimiento del líder soviético Iosif Visariónovich Dzhugashvili (Josif Stalin)--, la situación humanitaria de la población que no se marchó tras la entrada de las tropas rusas es "dramática". Fue el adjetivo utilizado por el embajador de Francia en Georgia, Eric Fournier, que insistió en que la ayuda llega con "cuentagotas".

El diplomático francés transmitió que las autoridades de Gori solicitan ayuda urgente. Básicamente, permanecen en la ciudad mujeres, niños y ancianos y la comida escasea. El embajador alertó de los actos de pillaje.