La crisis de Honduras se ha convertido en una prueba de fuego para la política exterior estadounidense, que en los últimos días ha realizado, sin éxito, gestiones diplomáticas en la sombra para frenar el golpe militar. El golpe de Estado "se ha estado fraguando desde hace tiempo", revelaron el domingo dos altos funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato. EEUU tiene desplazado un destacamento militar en Honduras, a unos 80 kilómetros de Tegucigalpa, que se ocupa de proporcionar entrenamiento al Ejército hondureño. Tras el golpe, las Fuerzas Armadas del país han cortado el contacto con la diplomacia estadounidense.