Después de casi cuatro años de atentados, secuestros, sangre y muerte, la situación en Irak saltó ayer de las páginas de información internacional, a la prensa del corazón en Gran Bretaña. El príncipe Enrique de 22 años, hijo menor de Carlos y Diana de Gales, tercero en la línea de sucesión al trono de Inglaterra, será enviado con dos escuadrones de su regimiento, Blues and Royals, al sur de Irak, entre mayo y junio.

La orden de movilización del corneta Gales, el nombre de Enrique en el Ejército, fue confirmada en un comunicado conjunto del Ministerio de Defensa británico y Clarence House, la oficina del príncipe Carlos. El nieto de Isabel II es especialista en tareas de reconocimiento, después de haber hecho un cursillo el pasado octubre, tiene el rango de subteniente y autoridad para dirigir un grupo de 11 soldados. Su escuadrón podría permanecer hasta seis meses en Irak como parte de la Primera Brigada Mecanizada que reemplazará a la Brigada Ligera.

La misión de su escuadrón será posiblemente, apoyar a las unidades iraquís en la provincia de Maysan, donde la inestabilidad de la situación ha impedido por el momento entregar el control a las fuerzas locales. La decisión de enviar a Enrique a Irak, la recibió el interesado "loco de alegría", pero supone un enorme quebradero de cabeza para los responsables de los militares británicos en Irak.

"Imán para los terroristas" Una fuente oficial dijo al diario The Sun , que la presencia de un miembro de la familia real "es una pesadilla para la seguridad". "Enrique va a ser un imán para los terroristas suicidas. Es poner, tanto a él como a sus hombres, en peligro. Pero creemos que hemos encontrado una forma de hacerlo lo suficientemente segura y justa", añadió.

Al parecer, el turbulento príncipe, cuyo comportamiento público ha dejado en más de una ocasión mucho que desear, había amenazado con dejar el Ejército si le impedían ir a Irak. Hace 18 meses, durante una entrevista en televisión, Enrique ya dejó claro que quería participar en el despliegue: "Si me dicen ´no, no puedes ir al frente´, entonces no voy a arrastrar mi pobre culo en Sandhurst (la escuela militar donde recibió instrucción) y no estaría donde estoy ahora. La última cosa que quiero, es tener a mis soldados fuera, en Irak o en otro lugar y yo tenerme que quedar en casa".

"Las tareas normales" Según el comunicado oficial, la decisión de movilizar al príncipe responde a "razones militares" y la tomó el jefe del Ejército, el general Sir Richard Dannatt, "de acuerdo con el corneta Gales" y tras consultar a la Casa Real. Clarence House subrayó que el hijo del príncipe Carlos será tratado como un soldado más y pidió a los medios de comunicación que no especulen sobre el lugar donde Enrique será destinado, para no aumentar el peligro de la operación. "Cuando esté en Irak, el corneta Gales asumirá las tareas normales de su papel como comandante de tropa, incluyendo el mando sobre 11 hombres en cuatro vehículos blindados de reconocimiento Scimitar", precisaba la nota conjunta.

Enrique será el primer miembro de la familia real en los últimos 25 años que es destinado a una zona de guerra. El último soldado de la realeza que entró en acción fue el príncipe Andrés, que participó en 1982 en la guerra de las Malvinas como piloto de helicópteros del portaaviones HMS Invencible .

Pero según el profesor Michael Clarke, especialista del Kings College en Londres, el desplazamiento de Enrique será más complicado que el de su tío. "Este caso no es tan sencillo", advirtió. "La operación en que están involucrados no está clara. Es patrullaje sobre el terreno. Hay una amalgama con la sociedad que es peligrosa", afirmó.

El anunció se produjo un día después de que el primer ministro británico, Tony Blair, confirmó la retirada de Irak de 1.600 de los 7.100 soldados británicos desplegados. En la BBC, el primer ministro dejó abierta la posibilidad de dar marcha atrás y mandar nuevos refuerzos a Irak, si la situación se deteriora.