Tony Blair eludió ayer nuevamente verter cualquier crítica sobre la actuación de los servicios secretos británicos antes del 7-J. "Hacen todo lo posible para proteger nuestro país", señaló el primer ministro en la Cámara de los Comunes.

Blair fue interrogado sobre el contenido de un informe confidencial del Centro Conjunto de Análisis Terrorista del Reino Unido, entregado a las autoridades tres semanas antes del atentado. En él se llegaba a la conclusión de que no había ningún grupo con intención o capacidad de perpetrar un atentado en suelo británico. Blair no negó el contenido del documento, filtrado el lunes por el The New York Times , pero insistió en que la evaluación se hizo "con base en la información disponible en aquel momento". El premier dijo en cambio que no cree en la información de algunos observadores que advierten del riesgo de una guerra civil en Irak. Tampoco dio "una fecha específica" para el retorno de las tropas desplegadas en este país.

Entretanto, forenses y peritos continúan las investigaciones sobre los atentados. Los trabajos siguen en los lugares donde se produjeron tres de los cuatro ataques. La cifra oficial de muertos sigue siendo de 56, aunque Interior insistió ayer en que puede aumentar. Todavía hay una veintena de heridos en el hospital.