El Gobierno norirlandés calificó hoy de "vergonzoso e imperdonable" el ataque perpetrado la pasada noche contra la iglesia protestante de Belfast donde se refugiaron recientemente más de cien rumanos, la mayoría de los cuales han decido abandonar Irlanda del Norte.

El viceministro principal del la provincia, Martin McGuiness, dijo sentirse "muy apenado" por estos acontecimientos, aunque reconoció que la decisión tomada de las familias de etnia gitana es "perfectamente comprensible", dado el nivel de violencia registrado en la provincia en las últimas semanas. "Dejé claro que les apoyaríamos en cualquier decisión que tomasen, pero quería de todo corazón que se quedasen, por eso estoy bastante contento de que catorce hayan decidido hacerlo", declaró el dirigente del republicano y católico partido Sinn Fein.

Las autoridades norirlandesas confirmaron hoy que 25 de los 114 rumanos que se refugiaron la pasada semana en la iglesia del sur de la capital huyendo de la violencia ya han regresado a su país, después de que el Gobierno autónomo pagase sus billetes de avión. Otros 75 lo harán en las próximas horas o días, a pesar de los esfuerzos desarrollados por representantes comunitarios, políticos y agencias estatales para evitar su marcha.

Respecto al ataque contra el citado templo, McGuinness consideró "probable" que se trate de una represalia por la acogida de los refugiados, lo que quedará claro, dijo, tras el análisis de las imágenes tomadas por los circuitos de televisión cerrados de la zona. El dirigente republicano apuntó que los responsables del brote de violencia racista son seguramente jóvenes sin vínculos paramilitares, aunque asociados a la extrema derecha británica, en concreto al grupo neonazi "Combat 18", habitual en algunos campos de fútbol de Inglaterra. "Una cosa que me preocupa en el contexto de los recientes incidentes en Belfast en las últimas semanas es la invocación del eslogan de Combat 18 y las pintadas en las paredes de Combat 18. Me parece que alguna gente, gente joven seguramente, han tomado nota de las recientes elecciones europeas en Inglaterra y del supuesto éxito del Partido Nacional Británico (de extrema derecha)", abundó McGuinness.

El viceministro principal efectuó estas declaraciones durante una visita a la iglesia protestante atacada a pedradas, en la que estuvo acompañado por la alcaldesa de Belfast, Naomi Long, del partido multiconfesional de la Alianza. "Hay todavía muchos fanáticos sectarios en nuestra sociedad, de eso no hay duda alguna. Lo que necesitamos es demostrar la unión de todas las instituciones políticas y de todos los políticos para dar ejemplo", añadió McGuinness. Por su parte, el jefe de la PSNI, Hugh Orde, afirmó hoy que "respeta" la decisión de las familias de abandonar la provincia, pero recalcó que las fuerzas del orden han hecho todo lo posible para reforzar su seguridad. "Respeto el derecho de cada uno a vivir donde quiera y mi trabajo es mantener su seguridad donde quiera estar", dijo Orde, quien aseguró que la PSNI continúa investigando el asunto.

En este sentido, dos menores fueron hoy detenidos por su supuesta participación en los ataques de la pasada semana contra domicilios de rumanos, mientras que tres hombres de unos 20 años de edad están siendo interrogados en torno a los actos vandálicos en la iglesia. Estas detenciones se suman a la un joven de 21 años, quien comparece hoy ante un tribunal de Belfast, acusado de intimidar a varios miembros de esta minoría étnica.

Otros dos menores, de 15 y 16 años, permanecen en libertad vigilada en la capital norirlandesa mientras un tribunal juvenil tramita varios cargos presentados contra ellos por su supuesta participación en los ataques racistas.