Acosado, bajo sospecha e inmerso en un ambiente de violencia generalizada en el país, el Gobierno paquistaní ofreció ayer exhumar el cadáver de Benazir Bhutto, asesinada el pasado jueves, para eliminar las sombras que pesan sobre sus responsabilidades en la muerte de la líder de la oposición. El Partido Popular de Pakistán (PPP), la formación de Bhutto, calificó de "sarta de mentiras" la versión oficial de las autoridades sobre la causa de la muerte, e insistió en que su presidenta había sido alcanzada al menos por un disparo.

Mientras se amontonan las pruebas que ponen en entredicho las informaciones del Gobierno, el portavoz del Ministerio del Interior, Javed Iqbal Cheema, reiteró las conclusiones del análisis médico oficial hecho público el viernes, el cual determinó que la causa de la muerte fue una fractura de cráneo producida por un fuerte golpe.

ONDA EXPANSIVA Según esa versión, Bhutto se golpeó con la palanca del techo solar de su coche tras caer empujada por la onda expansiva de la explosión provocada por el terrorista suicida junto al vehículo. La detonación fue posterior al disparo de tres balas que no la alcanzaron.

Cheema añadió que el PPP era "bienvenido" a realizar una autopsia, que según afirmó, no se efectuó inmediatamente después de la muerte por deseo de la familia. Al mismo tiempo, destacó que al Gobierno "no le conviene" una versión más que la otra, pues lo verdaderamente importante no es "descubrir qué la mató, sino quién la mató". Rechazó la ayuda internacional para aclarar los hechos.

Respecto al "quién", el principal sospechoso ofrecido por el Gobierno como instigador, el líder talibán paquistaní Baitulá Mehsud, negó cualquier responsabilidad en el atentado. "Lo niega rotundamente. La gente de las tribus tiene sus costumbres. No matamos mujeres", afirmó en su nombre Maulvi Omar.

Baitulá Mehsud es el jefe de un grupo terrorista próximo a Osama bin Laden, que opera en una zona tribal fronteriza entre Pakistán y Afganistán y al que se le atribuye la responsabilidad intelectual de buena parte de los 160 atentados cometidos este año, y que han causado más de 700 muertos.

SOSPECHAS Al desmentido del dirigente talibán y a la polvareda que ha levantado la sospechosa versión oficial de las causas de la muerte se unió ayer un correo electrónico enviado por Bhutto a un amigo, en el que señala al presidente, Pervez Musharraf.

Respecto a la autopsia, algunas fuentes afirmaron que se había realizado pero que no se hizo pública por alguna oscura razón. Sherry Rehman, colaboradora de Bhutto que la trasladó al hospital y que participó en la ceremonia de preparar su cuerpo para el entierro, afirmó: "Vi que tenía una herida de bala en la cabeza y otra, al otro lado, causada por la salida de la bala".