A pocas horas del recambio presidencial más importante de la historia de Brasil, Antonio Palocci, el médico designado por Luiz Inácio Lula da Silva para comandar la economía, reiteró que el Gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) no promoverá "medidas exóticas, ni ruptura de contratos, ni tolerancia con la irresponsabilidad fiscal". La toma de posesión de Lula tendrá lugar el 1 de enero.

Las palabras de Palocci volvieron a ser ponderadas por analistas económicos. Pero el futuro ministro de Hacienda advirtió también de que el 2003 será "el año de presupuesto más ajustado de toda la historia del país", y que eso implicará dificultades.

Pese a que la situación del país "no es para nada buena", Lula, que el viernes tuvo su primera reunión de gabinete ministerial antes de asumir, volvió a manifestar su convicción de que Brasil retomará la senda del crecimiento. Palocci, junto al presidente del Banco Central y el ministro de Desarrollo e Industria, el empresario, Luiz Burlan, conforman el llamado "núcleo duro" del Gobierno en el cual los mercados depositan la mayor expectativa de que no habrá fuertes desvíos.

El futuro presidente trató de equilibrar posiciones en su Gobierno. Dejó la economía en manos del centroderecha, pero la mitad de los 26 cargos ministeriales estarán cubiertos por hombres del PT, y el resto estará bajo control de aliados como los comunistas, laboristas y socialistas.