El presidente de Serbia, Boris Tadic, declaró ayer que acepta los resultados del referendo de Montenegro y, en consecuencia, su independencia, a favor de la cual votaron el domingo el 55,5% de los electores de esa república balcánica. Tadic recordó que él defiende el mantenimiento de la unión estatal de Serbia y Montenegro, pero añadió que "como demócrata y presidente de un país democrático", está "totalmente dispuesto a aceptar la decisión mayoritaria del pueblo de Montenegro".

La Comisión Electoral publicó ayer los resultados oficiales preliminares, que confirmaron que el resultado supera por solo medio punto la mayoría del 55% exigida por la Unión Europea (UE) para reconocer la secesión. El no logró el 44,5% de los sufragios. El bloque unionista proserbio reclamó el jueves el recuento de los votos y anunció la presentación de recursos por supuestas irregularidades. El plazo para la presentación de estos recursos vence el próximo viernes y la Comisión no había recibido ayer aún ninguna queja.

KOSOVO, EN EL HORIZONTE El objetivo de la maniobra es retrasar la publicación de los resultados definitivos, y hasta que estos no se conozcan, el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, permanecerá en el silencio. Para Belgrado, la independencia montenegrina tiene lugar en un contexto delicado, en plenas negociaciones sobre el Estatuto definitivo de Kosovo, que debe ser definido antes de final de año. Las autoridades serbias no esconden su temor a que el ejemplo montenegrino dé alas a los albanokosovares en sus aspiraciones independentistas.

Mientras, en Bruselas, la UE declaró ayer abierto el camino para una futura adhesión del nuevo Estado independiente. "La perspectiva europea está abierta para Montenegro", afirmó el comisario para la Ampliación, Olli Rehn. La Comisión Europea, tras haber suspendido las negociaciones de asociación con Serbia, anunció la preparación inmediata de un acuerdo de asociación con Montenegro, paso previo para poder aspirar al Estatuto de país candidato a la adhesión.

La UE intentará que el proceso de separación de Montenegro y Serbia se realice sin conflictos y de forma consensuada. Un enviado especial de la UE, Vojislav Lajcak, viajó ayer a Belgrado para empezar los trámites del divorcio. Lajcak es eslovaco y en 1993 ya negoció la "separación de terciopelo" de Checoslovaquia.