El Gobierno tunecino ha anunciado que cuatro personas murieron en la noche del lunes en los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden en la ciudad de Kaserin, en el centro-oeste de Túnez, mientras que fuentes sindicales elevan hasta 50 el saldo de muertos en esa zona en los últimos tres días.

En un comunicado, el Ministerio del Interior señala que 4 personas murieron este lunes en Kaserin y 8 policías resultaron heridos, mientras que el portavoz regional de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), Sadok Mahmudi, ha afirmado a EFE que son más de 50 los muertos durante los incidentes violentos de los últimos tres días en la región, donde la situación es "caótica". Según Mahmudi, las fuerzas policiales "asaltaron por la fuerza" anoche la sede del sindicato en la ciudad de Kaserin, que desde la mañana de este martes se encuentra rodeada por efectivos militares.

TIROS Y SAQUEOS

El responsable sindical ha asegurado que en la ciudad ha reinado la violencia durante toda la noche, con "tiros de francotiradores apostados en los tejados y saqueos de comercios y domicilios por efectivos de la policía de paisano", una versión con la que han coincidido otros testigos presenciales contactados por EFE.

Mahmudi ha aseverado que el número de víctimas mortales desde que se recrudecieron los disturbios en la ciudad el pasado sábado supera los 50, según el balance recogido por miembros del sindicato en el hospital regional de Kaserin.

MANTENIMIENTO DEL ORDEN PÚBLICO

Las protestas y los incidentes violentos que vive Túnez desde hace más de tres semanas se han recrudecido este martes también en otras zonas del país, como en la región minera de Gafsa y otras zonas del centro y el suroeste. En el centro de la capital tunecina las fuerzas policiales han impedido por la fuerza dos manifestaciones de artistas y opositores en protesta por la represión violenta de la contestación social, según ha constatado EFE.

Los disturbios en Túnez estallaron el pasado 17 de diciembre cuando Mohamed Bouazizi, un joven de 26 años, se quemó a lo bonzo en la localidad de Sidi Bouzid para denunciar abusos administrativos después de que la policía le confiscara las frutas y legumbres que vendía en la calle, con el argumento de que carecía del permiso para esa actividad. El joven, un desempleado con estudios superiores, falleció el pasado 4 de enero en un hospital de la capital tunecina, adonde fue trasladado.

Desde el día en que se quemó el comerciante se han producido disturbios y manifestaciones de solidaridad en numerosas localidades de la región de Sidi Bouzid y otras del suroeste tunecino como la de Kaserin, junto a la frontera argelina. Debido a las protestas, sin precedentes en el país, en algunas regiones se ha declarado el estado de sitio y los militares han salido a las calles para intentar mantener el orden público.