El Gobierno venezolano consiguió ayer distribuir seis millones de litros de gasolina, que garantizaron el suministro en la capital, Caracas, y acabaron con las colas de automovilistas en las gasolineras. Pero la producción y refinado de crudo siguió bajando hasta paralizar prácticamente la industria petrolera. Según el gerente de producción de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Juan Fernández, la extracción bajó de casi un millón y medio a menos de 100.000 barriles en la región oriental y de más de un millón a medio millón de barriles en el resto de las zonas petrolíferas.

Las tres grandes refinerías, los buques tanque y las plantas de distribución estaban ya parados, por lo que la gasolina apenas llega a Caracas y se va acabando en las demás ciudades. Según Fernández, 36.000 de los 40.000 empleados de la gran petrolera venezolana se han unido a la huelga general, hartos de las actuaciones del Gobierno.