Feroces combates enfrentaron durante toda la jornada de ayer en las calles de Nuakchot, la capital de Mauritania, a las fuerzas leales al presidente, Mauya Uld Sidi Ahmed Taya, y a los militares golpistas. A media tarde, los rebeldes lograron penetrar en la sede de la presidencia tras neutralizar a las fuerzas gubernamentales que defendían el edificio. El caos se apoderó de la ciudad, sin que nadie se atreviera ayer a aventurar un pronóstico sobre la evolución del golpe de Estado ni supiera el paradero del presidente.

La intentona golpista se produce en un momento de extrema tensión política en el país. La reciente detención de una treintena de extremistas islámicos, a los que el Gobierno acusa de mantener vínculos con el terrorismo internacional, además de las relaciones privilegiadas entre Nuakchot e Israel --en 1999 estableció relaciones diplomáticas plenas, y se sospecha que el Gobierno israelí colabora estrechamente con el mauritano en temas de seguridad-- han generado descontento en un sector importante de la población civil y del Ejército.

JOVENES ISLAMISTAS

Algunos residentes de Nuakchot expresaron a Reuters su convencimiento de que el golpe está encabezado por un grupo de jóvenes oficiales islamistas de una unidad blindada del Ejército de Tierra y de la Fuerza Aérea. Taya se convirtió en presidente de Mauritania en 1984, tras derrocar al anterior Gobierno también gracias a un golpe de Estado.

Los enfrentamientos armados se iniciaron de madrugada. Los tiroteos y los disparos de artillería se prolongaron durante todo el día, mientras los hospitales recibían "docenas de heridos". Se desconoce el paradero del presidente Taya y de su familia, aunque el Gobierno de Francia informó de que no se había refugiado en su embajada en Nuakchot.