El Gobierno británico inició ayer una primera ronda de conversaciones con los partidos de Irlanda del Norte para estudiar la crisis desencadenada por los resultados electorales a la Asamblea autónoma y desbloquear el proceso de paz. La victoria de Ian Paisley, convertido en el portavoz de la comunidad unionista en sustitución de David Trimble, hace temer que la suspensión de las instituciones autónomas será muy larga.

Paisley se niega a formar Gobierno y a negociar con los republicanos. Gerry Adams, el jefe del Sinn Féin, desde su nuevo status, como máximo representante de la comunidad nacionalista, pidió ayer la reapertura de la Asamblea.

"Queremos ver levantada la suspensión de las instituciones. Vamos a presionar al Gobierno para que siga avanzando y nos vamos a reunir con otros partidos", declaró Adams en una rueda de prensa celebrada en Belfast, poco antes de reunirse con el ministro británico para Irlanda del Norte, Paul Murphy. Las autoridades de Londres y Dublín han insistido en que el Acuerdo de Viernes Santo seguirá siendo la única vía.

"LETRA MUERTA" "El acuerdo es letra muerta. Está acabado. Ese ha sido el mensaje de estas elecciones", declaró a la BBC Ian Paisley junior, el hijo del reverendo y diputado por el departamento de North Antrim. "La situación es más difícil, pero no imposible. El Ulster sólo puede ser gobernada con el entendimiento entre nacionalistas y unionistas y ese entendimiento en los últimos cinco o seis años ha sido un gran éxito", señaló Murphy, quien recibió por separado a representantes de diferentes fuerzas.