Los terroristas volvieron a poner ayer a prueba al nuevo Gobierno británico de Gordon Brown. Un día después de los atentados fallidos con dos coches bomba en Londres, obra presumiblemente de Al Qaeda, el aeropuerto escocés de Glasgow sufrió otro frustrado ataque. Hacia las 3.15 de la tarde, un todoterreno se estrelló contra la puerta acristalada de la terminal principal del aeropuerto, estallando en llamas. El Gobierno declaró el estado de "alerta crítica" lo que significa que se espera un atentado "de forma inminente", en palabras de la ministra del Interior, Jacqui Smith.

El vehículo contenía, según algunas fuentes, bombonas de gas. Según los relatos de varios testigos, los dos ocupantes del coche tenían aspecto asiático, quizás paquistaní. Uno de ellos trató de escapar corriendo pero fue interceptado por algunos de los presentes. Guardias de seguridad, policías y miembros del público redujeron también tras un forcejeo al segundo sospechoso, cuyas ropas estaban ardiendo. El hombre sufrió quemaduras de consideración y fue hospitalizado. Según algunas fuentes, murió.

VUELOS SUSPENDIDOS El aeropuerto fue inmediatamente desalojado y todos los vuelos quedaron suspendidos. Nadie resultó herido en el ataque, a pesar de que el aeropuerto estaba lleno de pasajeros a punto de iniciar sus vacaciones estivales. Brown convocó inmediatamente una reunión del comité de emergencia Cobra, que ya se había reunido por la mañana para examinar la situación tras los incidentes de Londres del viernes.

El comité Cobra está integrado por miembros del Gobierno, autoridades locales y responsables de la seguridad nacional. Anoche, estudió el despliegue del Ejército en los aeropuertos. En una declaración posterior al país, Brown defendió el aumento de las medidas de seguridad y pidió a los británicos que se mantengan vigilantes.

Fuerzas policiales y de los servicios del espionaje han montado un operativo sin precedentes para dar con los terroristas que el viernes colocaron dos coches bomba en Londres. Nadie se ha atribuido el ataque, pero según algunas informaciones, la policía tiene una imagen muy clara de uno de los sospechosos.

FILMACIONES REVISADAS Los investigadores están revisando cientos de horas de filmación, grabadas por decenas de cámaras de seguridad instaladas en las calles de la concurrida zona del West End. Expertos de la lucha antiterrorista subrayan la similitud de los sistemas explosivos empleados en Londres, con los utilizados por Al Qaeda y grupos afines en Irak.

Después de la tensión y el miedo, la ciudad, barrida por la lluvia, recobraba ayer poco a poco la calma. Los turistas deambulaban por Haymarket y Cockspur Street, junto a Trafalgar Square, donde fueron localizados los dos vehículos, después de que la zona quedara reabierta al tráfico.

La amenaza terrorista ha coincidido con un fin de semana en la ciudad lleno de acontecimientos multitudinarios. Ayer, miles de personas participaron en el desfile del Orgullo Gay, mientras proseguía el torneo de tenis de Wimbledon, donde los registros eran meticulosos. Hoy tendrá lugar el concierto en honor de Diana de Gales, en el que se esperan 90.000 personas.

La sospecha de que los ataques sean obra de extremistas radicales islámicos británicos, llevó al alcalde de la capital, Ken Livingstone a hacer llamamiento pidiendo a los ciudadanos que no conviertan a los musulmanes en el chivo expiatorio por los actos cometidos por una minoría.