A la tercera va la vencida. Después de no haberlo logrado en 1994 y en el 2001, Silvio Berlusconi, con su Partido de la Libertad (PDL), ha alcanzado esta vez la mayoría absoluta en el Congreso y en el Senado, gracias a los votos de la federalista y xenófoba Liga Norte. El peso de esta formación se hará notar en el tercer Gobierno de Berlusconi y empujará al primer ministro aún más hacia la derecha.

Al despertar de la resaca electoral, los italianos han descubierto que, en una noche, el paisaje político ha cambiado como no ocurría desde 1948 cuando, tras múltiples coaliciones posbélicas, la Democracia Cristiana logró la mayoría absoluta. Ahora le ha tocado a Berlusconi. Además, los tres partidos comunistas han desaparecido del Parlamento, así como los socialistas, los verdes, la extrema derecha y el centro católico, reducido a un grupo testimonial.

Los efectos de la ley electoral, definida como "una porquería" y causa de la ingobernabilidad del país, han quedado anulados por los votos, que han trasladado el centro político más hacia la extrema derecha. "¿Dónde se manifestará ahora el disenso social, si la izquierda tradicional carece de representación parlamentaria?", se preguntaba ayer Roberto Maroni, de la Liga Norte, y exministro del Interior.

IDEA REAL Berlusconi podrá gobernar holgadamente: ha logrado 171 senadores ante los 130 del Partido Democrático (PD) de Walter Veltroni, y cuenta con 340 diputados frente a los 239 de los progresistas. Sin el lastre de una docena de partidos, se sabrá la idea real que tiene de una democracia liberal Berlusconi.

El líder del PDL aseguró ayer que la situación de la compañía aérea Alitalia y la crisis de las basuras figurarán entre sus prioridades. Antes, subrayó que, en una semana, anunciará la composición del nuevo Gobierno y celebrará el primer Consejo de Ministros el próximo día 29.

Más reveladora fue la afirmación de Berlusconi de que cerrará las fronteras para combatir la inmigración ilegal y las bandas de delincuentes, a las que calificó de "ejército del mal". "Necesitamos más policías, que constituyan un "ejército del bien" en las plazas y calles para interponerse entre los italianos y el "ejército del mal", añadió.

Berlusconi se declaró partidario del federalismo, lo que, junto a su referencia a la inmigración, puede considerarse un primer guiño a la Liga Norte, que ha obtenido el 8,2% en el Congreso y el 8,06% en el Senado.

El papel decisivo de la Liga Norte hará reintroducir la ley de extranjería, que prevé la reclusión de los inmigrantes clandestinos en duros campos de acogida y su expulsión.