El Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), liderado por Giorgos Papandreu, ganó ayer con mayoría absoluta las elecciones griegas, desbancando del poder al primer ministro conservador, Costas Caramanlis, de Nueva Democracia (ND). Los griegos han castigado duramente a un Gobierno que, en cinco años y medio al frente del país, se ha visto ensombrecido por graves casos de corrupción, una pésima gestión de los incendios forestales y el aumento de las desigualdades económicas, por lo que ha sido contestado en la calle con protestas sindicales y juveniles.

El PASOK recibió el 43% de los votos, casi nueve puntos por delante de Nueva Democracia, según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior más allá de la mitad del recuento. El nuevo Parlamento estará dominado por los socialdemócratas, con 159 diputados, ya que la ley electoral premia con 40 escaños al primer partido. La oposición estará liderada por los conservadores, con 94 parlamentarios, mientras que las fuerzas de izquierda --el Partido Comunista, con 19 escaños, y la coalición SYRIZA, con 12-- redujeron ligeramente su representación.

Quienes mejoraron sus resultados fueron los ultraderechistas de LAOS, que se convierten en la cuarta fuerza parlamentaria con 15 diputados, cinco más que en el Parlamento saliente. La participación rondó el 70%, cuatro puntos por debajo de la registrada en las elecciones del 2007.

LOS PEORES RESULTADOS Cuando apenas habían transcurrido cuatro horas del cierre de los colegios electorales y la diferencia en el recuento se hacía palpable, Caramanlis compareció ante la prensa y, con gesto circunspecto, anunció su dimisión. "Asumo la responsabilidad de la derrotaO, afirmó el hasta ahora líder de ND. Ayer, esta formación cosechó los peores resultados desde su fundación hace 35 años y la "única salida honrosa", según dijo Caramanlis, era retirarse de su liderazgo. Entre los conservadores muy pocos entendieron por qué adelantó las elecciones cuando aún quedaban dos años para el término de su mandato. Caramanlis avisó a su sucesor de que la economía de Grecia está "en la peor situación desde la posguerra".

"Reconozco la responsabilidad que se me ha otorgado", afirmó ante sus seguidores Papandreu, quien instó a los griegos a trabajar "unidos" en favor de un país libre de corrupción y que se desarrolle de forma respetuosa con el medio ambiente. Papandreu, actual presidente de la Internacional Socialista, devuelve el poder al PASOK, el partido que más años ha gobernado Grecia desde la caída de la dictadura en 1974.

Pero el trabajo al que deberá hacer frente en cuanto tome posesión de su cargo es inmenso: Grecia es considerada la economía más débil de la eurozona, con una deuda pública que supera su PIB, y eso a pesar de ser el país que más ayudas comunitarias recibe. Los jóvenes reclaman mejoras laborales y empleo. El paro juvenil es del 18%. El nuevo Gobierno ha presentado un plan que prevé crear nuevos puestos de trabajo y aumentar los salarios de los funcionarios y las pensiones, además de inyectar 3.000 millones de euros para activar la economía. Ese dinero será recaudado, según el líder del PASOK, a través del aumento de los impuestos a los más ricos y a la Iglesia y mejorando el control del fraude fiscal.

ESCANDALOS Y CORRUPCION El otro gran problema al que deberá poner fin Papandreu es la corrupción, y ahí es donde realmente se verá si el nuevo mandatario es capaz de zafarse de la herencia de escándalos de anteriores gobiernos. Para ello, antes deberá poner orden en las filas del PASOK. "Un partido que asemeja un cóctel incongruente de viejos fieles al populismo y al clientelismo de Andreas Papandreu, y dirigentes crecidos en los tiempos sobrios y laboriosos del modernista Costas Simitis (exprimer ministro), junto a nuevas personalidades que aún no han sido puestas a prueba", analiza el politólogo y economista Manos Matsaganis en su blog .