Con el transporte público, el tráfico aéreo y el flujo de noticias bloqueado por una huelga general, centenares de ciudadanos comenzaban esta mañana a congregarse en el centro de Atenas para reivindicar más justicia social. La acción se produce cuando el país sigue sacudido por la ola de disturbios violentos desatada desde el pasado sábado, cuando un balazo de un policía mató a un joven en Atenas y desató un violento levantamiento popular.

Los sindicatos de trabajadores, funcionarios, docentes y estudiantes rechazaron el llamamiento del primer ministro griego, Costas Caramanlis, a desconvocar la huelga general de 24 horas que estaba prevista desde hace una semana, es decir, antes de la tragedia que desencadenó la destructora ola de disturbios callejeros.

La Confederación General de Trabajadores (GSEE) y la Unión de Funcionarios Civiles (ADEDY), que representan a más de dos millones de personas, habían convocado la huelga en protesta por las reformas económicas del gobierno conservador, que según declararon sus portavoces, "carecen de justicia social". Las concentraciones de los manifestantes se ubican en tres puntos en el centro de Atenas cercanos al Parlamento, lugar que ha sido escenarios de violentos disturbios desatados por radicales que se infiltraron en las manifestaciones de repudio contra la muerte de Alexis Grigoropulos, de 15 años. Otras manifestaciones han sido convocadas en las principales ciudades griegas.

La huelga general afecta a gran parte del transporte público, se han cancelado todos los vuelos por la participación en ella de los controladores aéreos, los barcos permanecen en los puertos y los colegios y universidades están cerrados. También los periodistas se sumaron a la protesta con dos horas de paro. La policía está en extrema alerta para hacer frente a los posibles disturbios que se esperan por cuarta jornada consecutiva.