El primer ministro de Grecia, Yorgos Papandreu, debió respirar aliviado anoche al conocer los resultados de las elecciones locales y regionales que se celebraron ayer en Grecia y en las que se impusieron los candidatos de su partido, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK). El líder griego lanzó un órdago antes de los comicios, pero le salió bien. "Realizar cambios no es fácil. Los griegos nos llevaron al poder hace un año y hoy (por ayer) confirmaron que quieren ese cambio. Continuaremos con nuestro trabajo", anunció Papandreu en un mensaje a la nación tras conocer los resultados.

Consciente de que las medidas de ahorro aprobadas por su Gobierno son muy impopulares, pero necesitado de un mandato fuerte para aplicar el plan de ajuste económico que salve a Grecia de la bancarrota y satisfaga a los mercados y la Unión Europea, Papandreu planteó los comicios locales como un referendo y aseguró que convocaría elecciones generales anticipadas en caso de que los griegos no votasen por su partido.

La amenaza surtió efecto. Según una encuesta de la televisión griega Skai, la mayoría de la población no quiere elecciones anticipadas ya que hace apenas un año que el PASOK fue elegido con mayoría absoluta, y la sola perspectiva de unos nuevos comicios con un panorama político poco claro sumiría a Grecia en una inestabilidad aún mayor.

MENOS VOTOS Con el 30% de los votos computados, los socialistas se impusieron en ocho de las trece regiones helenas, incluyendo la del Atica, donde está Atenas, las ciudades de los alrededores y el puerto del Pireo y concentra a la mitad de la población. Se estima que al final del recuento el PASOK conseguirá el 35% de los votos, bastante por debajo del 44% de los sufragios logrado en las generales. Los conservadores vieron cómo se reducía su apoyo tres puntos, hasta el 30% pero vencieron en el resto de regiones y mantuvieron las alcaldías de Atenas y Salónica, la dos principales ciudades.

A causa de la ajustada victoria de ND en estas circunscripciones es probable que deba realizarse una segunda vuelta el próximo domingo. En contra del Gobierno de Papandreu está una alta abstención para un país tan politizado como Grecia. Casi la mitad de los electores no fue a votar, una apatía que se explica debido a la impopularidad de los recortes sociales y desconfianza de los griegos hacia sus políticos.

La abstención hubiese jugado un papel más negativo para el Gobierno de no ser porque el espectro conservador concurrió dividido a las urnas. La derrota de ND en las elecciones del 2009 supuso la dimisión de su líder, el exprimer ministro Costas Caramanlis, lo que abrió una división en el partido y ha provocado la presencia de varios candidatos del centroderecha en algunas circunscripciones.

La crisis además ha afectado a las elecciones locales en otro punto. Estos comicios han sido los primeros en celebrarse según la modificación de las administraciones locales aprobada en mayo y que entra en vigor el 1 de enero. La reforma, que pretende el ahorro de gasto público, profundiza en la descentralización de las regiones y agrupa las 54 prefecturas y 1.033 ayuntamientos en 325 municipios.

ALERTA POLICIAL La policía se mantuvo en máxima alerta durante toda la jornada electoral por miedo a los atentados ya que la semana previa a los comicios estuvo marcada por el envío de paquetes explosivos a embajadas e instituciones políticas del que se acusa al grupo antisistema Conspiración de los Núcleos de Fuego (SPF). Aunque en varios colegios electorales se recibieron amenazas de bomba, todas ellas resultaron al final falsas.