El fuerte despliegue de tropas de la Guardia Nacional estadounidense, el más importante desde la segunda guerra mundial, puede comprometer la seguridad interior si no se toman medidas adecuadas. Así lo expresaron el jueves altos responsables de este cuerpo ante la comisión de la Cámara de Representantes sobre las reformas gubernamentales.

Tras el 11-S, la movilización de la Guardia Nacional ha alcanzado un nivel sin precedentes desde 1945. Más de un 51% de los 350.000 soldados de la Guardia Nacional y un 31% de la Guardia Nacional aérea han sido llamados para participar en la defensa del territorio nacional o para ir a Irak o Afganistán, en el marco de la lucha antiterrorista. Los expertos advierten de que, de continuar esta misma situación, la Guardia Nacional no podrá realizar a la vez misiones en el país y en el extranjero.