Al menos 11 soldados estadounidenses murieron durante el fin de semana en Irak, en distintos enfrentamientos con fuerzas iraquís, que se extendieron a la frontera con Siria. Allí se libró el sábado, durante 14 horas, una feroz batalla que acabó con la muerte de cinco marines y de entre 25 y 30 iraquís.

La batalla comenzó el sábado, cuando un grupo de insurgentes tendió una emboscada a un convoy en el que viajaban los marines. En los enfrentamientos que siguieron al ataque, participaron más de un centenar de insurgentes, que dispararon más de 24 morteros.

El Ejército estadounidense tardó varias horas en informar de la existencia de los combates y de su resultado. Con más prontitud informó en cambio de otra emboscada ocurrida el sábado en Diwaniya, donde murieron otros tres soldados, y de tres incidentes más en la provincia de Al-Anbar, en Tikrit y en Bagdad, que se saldaron con la muerte de un militar cada uno.

Un total de 104 soldados de EEUU han muerto en combate en lo que va de abril, que se ha convertido ya, con diferencia, en el mes más sangriento desde el inicio de la invasión.

EL PLAN DE BUSH La certeza de que el presidente George Bush, estaba decidido desde finales del 2001 a invadir Irak se afianza cada vez más. La propia asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, confirmó ayer que el mandatario pidió a su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que diseñase un plan para atacar a Irak en noviembre de 2001, dos meses y medio después de los atentados del 11-S, como sostiene el periodista Bob Woodward en su nuevo libro Plan de Ataque .