La guerra de Afganistán se ha cobrado la primera víctima política en Europa. El Gobierno de Holanda cayó ayer por las desavenencias entre los socios de la coalición sobre la conveniencia de extender o no el mandato de las tropas desplegadas en el país asiático. Tras una maratoniana negociación que duró 16 horas y se prolongó hasta las cuatro de la pasada madrugada, el primer ministro, el cristianodemócrata Jan Peter Balkenende, se vio obligado a tirar la toalla y ayer mismo comunicó telefónicamente su dimisión a la reina Beatriz, de vacaciones en Austria. "Lamentablemente, no hay ya un camino fructífero en el que los cristianodemócratas (CDA), el Partido Laborista (PvdA) y la Unión Cristiana podamos seguir avanzando juntos", dijo lacónicamente Balkenende a los periodistas.

MISION PRORROGADA Desde el 2006, Holanda tiene desplegados unos 1.950 soldados en Afganistán, principalmente en Uruzgán, una provincia del sur del país donde los talibanes son muy activos. Los soldados debían haber regresado en el 2008, pero el Gobierno neerlandés aceptó entonces prorrogar la misión hasta el 2010.

Balkenende estaba dispuesto ahora a responder favorablemente a las peticiones de EEUU y de la OTAN y prorrogar de nuevo el despliegue hasta agosto del 2011, pero los laboristas, que se oponían vehementemente, no dieron su brazo a torcer. Para dejar claro su rechazo a permanecer en Afganistán, el PvdA, que dirige el ministro de Finanzas, Wouter Bos, optó por abandonar la coalición gubernamental y propiciar la caída del Ejecutivo. Es la cuarta vez, en los últimos ocho años, que un Gobierno presidido por Balkenende termina su mandato de forma abrupta.

El futuro del contingente holandés en Afganistán está en el aire. "Dependerá de lo que el nuevo Gobierno decida", señaló ayer el secretario de Estado para la Defensa, Jack de Vries. Pero el ministro de Defensa, Eimert van Middelkoop, afirmó que "la misión actual terminará como estaba previsto". La retirada de las tropas debía iniciarse en agosto y concluir a finales de este año.

El calendario es ahora incierto. El Ejecutivo continuará gobernando de forma provisional. Holanda deberá celebrar elecciones legislativas anticipadas, probablemente a mediados de este año. Según todas las encuestas, los cristianodemócratas del CDA volverán a ganar los comicios, pero necesitarán como mínimo otros tres socios, por lo que las negociaciones para formar Gobierno pueden durar meses.

Existe además el riesgo de que el ultraderechista Partido de la Libertad, que dirige Geert Wilders --también ferozmente opuesto a mantener las tropas en Afganistán-- vea aumentar sustancialmente su voto con su campaña contra la inmigración.

Los laboristas, por su parte, podrían beneficiarse electoralmente de su negativa a prorrogar la misión en Afganistán, pero no lo suficiente como para poder encabezar una coalición gubernamental de izquierdas.

CAUTELA DE LA OTAN La OTAN reaccionó con cautela ante lo que constituye un revés para su operación en Afganistán. Por boca de su portavoz, James Appathurai, el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, afirmó que "respetaba" la decisión holandesa. No obstante, insistió en que "lo mejor sería el mantenimiento de una misión reducida holandesa".