Faltan dos días para las elecciones legislativas argentinas --que el presidente, Néstor Kirchner, calificó de plebiscito a su gestión-- y la caza del voto indeciso obliga a los candidatos a los más variados ejercicios imaginativos. Los comicios son una suerte de primarias del peronismo, el partido bifronte que se las ingenia para estar en el poder y en la oposición. La gran batalla tendrá lugar en la provincia de Buenos Aires. La candidata a senadora del Frente por la Victoria, Cristina Fernández de Kirchner, es la gran favorita.

La publicidad resalta su elegancia, como si fuera un atributo político. "Sos hermosa", le dicen en los actos. Ella no esconde sus lujos ni su historia militante en los años 70, cuando creía que Juan Domingo Perón era la antesala del "socialismo nacional". Su rival, Hilda Chiche González, esposa del exmandatario Eduardo Duhalde --que fue mentor de Kirchner y hoy es su enemigo-- reivindica el fervor católico y un peronismo puro.

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Dos mujeres. Dos apellidos. Una misma forma de dirimir los pleitos. Cada sector busca el apoyo de los caciques bonaerenses, dueños de territorios en los que viven millones de personas en la pobreza y donde la relación entre la política y el delito es más que una simple amistad.

"Le robo cinco minutos de su tiempo para que no le roben más", dice Luis Patti, un excomisario que fue alcalde de Escobar, en un mensaje telefónico dejado en cada casa de los suburbios donde la delincuencia es una amenaza diaria. Patti, que apoya a Chiche, se presenta como el azote de los maleantes. Desde el otro bando se le acusa de haber torturado y participado en secuestros en sus años de policía de la dictadura.

Varios de los aliados bonaerenses del Gobierno no ofrecen un currículo mejor. Pero los Kirchner quieren terminar con Duhalde y, para ello, no le han pedido certificado de honorabilidad a nadie. José Carlos Paz es uno de los municipios más pobres de la provincia. Una multitud se reunió días atrás para esperar a la primera dama. Hubo, como siempre, comida y bebidas gratis a cambio de una forzada algarabía. El municipio está controlado por Mario Ishi, un exduhaldista conocido por viajar al exterior y dejar a su madre en su puesto. "El 60% de la mafia se quedó con Duhalde", dijo de él y de los demás.

La capital es otro de los lugares clave. Según las encuestas, el empresario y presidente del Boca Juniors, Mauricio Macri, una suerte de Silvio Berlusconi que representa a la coalición de derechas PRO, y la abogada Elisa Carrio, referente del centroizquierda, tienen mayores posibilidades de triunfar. El canciller Rafael Bielsa, candidato oficialista, los sigue de cerca.

Kirchner no sólo ha pedido que lo voten desde el púlpito de una iglesia sino que, en tono de reproche, les ha dicho a los porteños: "Tengan memoria" y no elijan a los "descendientes" de los políticos que les trajeron desdicha. Aún perdiendo en la capital y la provincia de Santa Fe, Kirchner, favorecido por el repunte económico, habrá acumulado el domingo más poder del que tenía cuando llegó en el 2003, con el 22% de los votos.