Tanta es la igualdad entre Bush y Kerry, que han tenido que declararse una guerra sin cuartel, por el método de acusarse mutuamente de arrastrar al país a un abismo bélico como el vietnamita, al que arrojarán a los jóvenes norteamericanos reclutados a la fuerza. Pero el presidente se equivoca al escoger ese arma para el duelo electoral, porque el que promete retirar a las tropas de Irak es su rival demócrata. Por primera vez, la política exterior puede inclinar la balanza de las urnas en EEUU.

*Periodista.