Un guerrillero de las FARC se entregó a las autoridades con dos secuestrados que tenía a su cargo en el departamento colombiano de Nariño, informaron hoy fuentes humanitarias. El defensor del Pueblo en Nariño, Álvaro Vallejo, dijo a la radio RCN que el rebelde desertó el jueves en una zona rural de Pasto, la capital regional, ante una misión conjunta con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Los liberados, que no estaban en el grupo de rehenes de la guerrilla con fines de canje, son John Jairo Perea Varela y Juan Carlos Bernal, secuestrados hace dos años y medio en los departamentos del Guaviare y el Valle del Cauca, respectivamente, según la versión.

Se trata de "funcionarios de una multinacional", dijo un corresponsal de la radio en Pasto, y apuntó que eran mantenidos cautivos en el Caquetá, departamento selvático en el sur colombiano y cercano al de Nariño. "Fue una entrega voluntaria que realizó la persona que los tenía custodiados", explicó el defensor del Pueblo en Nariño tras advertir que su participación se debió a una solicitud que le hicieron familiares de los cautivos y el guerrillero, a quien no identificó. Vallejo dijo que "tuvimos una participación estrictamente humanitaria para garantizar que el retorno a la libertad de estas personas secuestradas se pudiera cumplir con las mejores condiciones de seguridad".

La entrega de ambos secuestrados se formalizó en un templo católico rural de Pasto, ciudad a la que luego fueron trasladados los liberados, donde fueron sometidos a un reconocimiento preliminar médico por parte del CICR. El defensor regional del Pueblo dijo que los informes que le fueron facilitados indican que, en términos generales, la salud de Perea y Bernal "es buena". La misión fue confirmada en Bogotá por el defensor nacional del Pueblo, Vólmar Pérez, quien indicó que está pendiente la entrega del desertor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a las autoridades.

Esta puesta en libertad de secuestrados con fines de extorsión es la primera que se registra en Colombia. Su liberación se produce pocas semanas después de que el presidente Álvaro Uribe anunciara la creación de un fondo de cien millones de dólares (66 millones de euros) para recompensar a rebeldes que se entreguen con cautivos.