Los habitantes de Marjah, ciudad tomada al asalto por 15.000 soldados, describían ayer por teléfono cómo fue de impresionante el desembarco militar que se produjo en mitad de la oscuridad. Unos 60 helicópteros --entre ellos los imponentes Chinook del Ejército estadounidense, capaces de transportar a decenas de soldados-- fueron y vinieron de acá para allá durante toda la noche para descargar a los militares entre viviendas construidas con barro.

Las principales cadenas de televisión de Estados Unidos volvieron a mostrar imágenes en tono verde fluorescente (tomadas a través de los equipos de visión nocturna de los soldados) de cómo los marines tomaban posiciones en las calles de la ciudad.

Muy pocos de los 80.000 habitantes de Marjah llegaron a huir antes de la ofensiva militar. En los últimos días, a través de octavillas, mensajes radiofónicos o por megafonía recibieron instrucciones de los marines y de los militares afganos apostados en la periferia de Marjah de quedarse en sus casas, no salir a la calle y no alojar a talibanes.

"Estábamos durmiendo y de repente se oyó el ruido horrible de los helicópteros que traían a los soldados a la ciudad", explicaba por teléfono Abdul Wahaab. Desoyendo todos los consejos recibidos, este hombre trató de salir con su familia en busca de un refugio seguro. "Cuando atravesaba la ciudad, vi soldados estadounidenses en los cruces. Había por todas partes", relataba.

Sin alimentos

"Conseguimos salir de la ciudad. He visto militares por todas partes", confirmaba otro de los asustados habitantes de la ciudad. Mientras, varios testigos decían que habían podido oír numerosos disparos de armas automáticas, ráfagas de metralletas y varias explosiones. "No podemos salir de nuestras casas y no tenemos suficientes alimentos", se quejaba un habitante de Marjah.