Hamás y Al Fatá están inmersos en una guerra silenciosa para descabezar al adversario y cimentar su poder en sus respectivos feudos. Y mientras las dos organizaciones se enfrentan en todos los ámbitos, Hamás continúa reestructurando las fuerzas de seguridad, después de haberlas purgado de policías y militares leales a Al Fatá, y ha anunciado la creación de una policía naval dotada de 150 efectivos que se encargará de prevenir el contrabando (particularmente el de drogas) y de proteger a los pescadores.

PARTICIPACION En este caso, la ANP no será excluida de esta nueva fuerza militar. Los miembros de la Marina del presidente Mahmud Abás podrán participar. Este organismo se suma a su recién creado servicio de espionaje. Tras las redadas de milicianos islamistas lanzadas en las últimas semanas por la policía de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania, Hamás respondió durante el fin de semana con el arresto, en varias operaciones, de una treintena de simpatizantes de Al Fatá en Gaza. Y lo hizo, en algún caso, con los métodos expeditivos que ha impuesto desde su sangrienta conquista del poder en junio.

El viernes por la noche, varios coches de su policía irrumpieron en la celebración de una boda y golpearon con porras y sillas a los asistentes, antes de detener a cuatro personas, según revelan unas imágenes de la televisión palestina. Para los islamistas, la comitiva había vulnerado la prohibición de disparar al aire durante los festejos; para la ANP se trata del principio de una campaña de represalias y arrestos políticos.

La tensión crece y muchos opinan que la violencia de los últimos meses en Gaza acabará trasladándose a la Cisjordania controlada por el Gobierno del presidente Abbás. Hamás acusa a sus cuerpos de seguridad de "acosar a asociaciones y fundaciones benéficas" islámicas y de entregar a Israel --que ha restablecido con Ramala la cooperación en materia de intercambio de información--, a sus militantes, una vez son liberados de las cárceles de la ANP.

JUEGO SUCIO Pero el juego sucio va por barrios. Esta semana los islamistas detuvieron a un médico de la oposición por difundir "información falsa", entre otros cargos, después de que denunciara, en una rueda de prensa, la escasez de medicamentos que sufre el hospital Shifa a raíz del cierre de fronteras impuesto por Israel tras la toma de poder de Hamás.