TRAS UN AÑO de relativa calma entre los dos principales partidos palestinos, las armas irrumpieron ayer en escena, después de que Hamás cercara un feudo de Al Fatá en Gaza. Los islamistas les acusan de esconder a los responsables de los atentados que acabaron con una niña y cinco milicianos de Hamás. Al menos cuatro personas murieron y 80 resultaron heridas en los enfrentamientos.