El abismo que desde el viernes separa a las dos palestinas se ensanchó unos metros más durante la jornada de ayer. Mientras en Cisjordania el presidente palestino, Mahmud Abbás, ultimaba los detalles de su Gabinete en el que estarán ausentes representantes de Hamás, en Gaza, el destituido primer ministro, Ismail Haniya, nombraba a un nuevo jefe de policía para la franja e iniciaba la purga de los servicios de seguridad. Los ataques por miembros de una facción dominante contra sus rivales en cada territorio --en Gaza contra miembros de Al Fatá y en Cisjordania contra militantes de Hamás-- fueron la tónica dominante de la jornada de ayer.

El designado primer ministro del Gobierno de emergencia adelantó que la lista de los integrantes del nuevo Ejecutivo será dada a conocer "a más tardar el domingo hoy". Según los allegados a Fayad, el equipo ministerial "debería estar compuesto por 10 ministros no pertenecientes ni a Al Fatá ni a Hamás". "Seis ministros son de Cisjordania y cuatro de Gaza", precisaron las fuentes. La nominación de Fayad como jefe del Ejecutivo es rechazada desde Hamás.

Haniya ha ido colocando a allegados a Hamás en puestos de responsabilidad en la franja de Gaza. Nombró al general Taufik Jaber para dirigir un "alto consejo de la policía", y encargó al general retirado Said Fanuna que "reestructure" la Seguridad Nacional, principal fuerza policial. Todo ello después de que el actual director de la policía palestina, el general Kamal al Cheij, prohibiera ayer a los policías en la franja de Gaza colaborar con dirigentes de Hamás. La oficina de Haniya respondió que despediría a todo agente policial que se negara a volver a su puesto.

ZARANDEARON A HASAN Mientras los territorios seguían cursos diferentes, proseguía la persecución de los militantes de uno y otro bando en Cisjordania y Gaza. Hombres armados de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de Al Fatá, y unos 200 manifestantes irrumpieron en el edificio del Parlamento y zarandearon a su vicepresidente, Hasán Jreisheh, elegido con el apoyo de Hamás. Pese a que inicialmente se informó de que Jreisheh había sido secuestrado, un portavoz del Parlamento lo desmintió.

Lo cierto es que el colapso del Gobierno de unidad nacional palestino y la ausencia de dirigentes islamistas de Hamás ha abierto el camino al levantamiento de las sanciones económicas impuestas por EEUU, Israel y la UE.

El cónsul general estadounidense en Jerusalén, Jacob Walles, adelantó que el fin del bloqueo económico se produciría a principios de la semana próxima, una vez confirmado que el nuevo Ejecutivo de emergencia organizado por el primer ministro no incluía a ningún ministro vinculado a Hamás.

El presidente palestino, Mahmud Abbás, rechazó una petición de la Liga Arabe para reunirse con Jaled Meshal, dirigente de Hamás en el exilio. Ahmed Abd ar Rahmán, otro dirigente de Al Fatá, dijo que no se hablará "con amotinados".