Paz fue ayer, el día después de la victoria de Mahmud Abbás (alias Abú Mazen ) en las elecciones presidenciales de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la palabra más repetida. De paz hablaron el propio Abú Mazen, algunos políticos israelís y casi todos los titulares de la prensa internacional. Las buenas palabras también surgieron de dos de los polos opuestos del conflicto: el Gobierno de Ariel Sharon y el movimiento islamista Hamás se declararon dispuestos a colaborar con el nuevo presidente.

"Tendemos la mano a nuestros vecinos israelís y les decimos que estamos preparados para una paz justa basada en la Hoja de ruta ", manifestó Abú Mazen, quien añadió que "el pueblo palestino está preparado para la paz". El ganador de las elecciones --la Comisión Electoral Central (CEC) anunció su victoria con el 62,3% de los sufragios-- indicó que confía en que Israel "responderá de forma positiva".

Desde el lado israelí, el primer ministro, Ariel Sharon, y su número dos, Shimon Peres, demostraron que no han perdido práctica en el reparto de papeles. Sharon sacó el palo y le recordó a Abú Mazen que la prueba del nueve de su gestión será "actuar contra el terror". De la zanahoria se encargó Peres, que llamó por teléfono al presidente electo para felicitarle por su victoria. "Ha sido elegido en las urnas un hombre moderado, inteligente y con experiencia. Démosle una oportunidad", dijo.

ABIERTOS AL DIALOGO Hamás y la Yihad Islámica se mostraron dispuestas a colaborar con Abú Mazen, pese a su boicot a las elecciones. "La Yihad está dispuesta a reanudar el diálogo sobre todos los asuntos", declaró el portavoz Mohamed al Hindi. "A pesar de que las elecciones no representan a todos los palestinos, respetamos los resultados y negociaremos con Abú Mazen", indicó Sami Abú Zuhri, de Hamás.

Las palabras del portavoz de Hamás tenían una doble lectura, ya que recordaban a Abú Mazen las irregularidades en el voto denunciadas por otros candidatos y el retraso de dos horas en el cierre de los colegios electorales, que contribuyeron a aumentar la participación. La abstención es uno de los datos claves de estas elecciones, ya que sirve para calibrar cuál es el respaldo real del que goza Abú Mazen.

LA ABSTENCION Ante la sorpresa general, la CEC no facilitó ayer el índice de participación. Su portavoz explicó que se emitieron 775.146 votos, pero la confusión radica en el censo. Unos 1.100.000 palestinos se inscribieron para votar, pero la cifra de palestinos mayores de 18 años del censo ronda 1.800.000.

Los 700.000 que no se inscribieron podían votar, pero la CEC indicó que la cifra del censo no es fiable porque no se ha actualizado. Al desconocerse el censo no se puede precisar la participación. Aún así, el visto bueno de los observadores internacionales a las elecciones en Gaza y Cisjordania --no en Jerusalén Este-- impide que esto empañe la victoria de Abú Mazen.