Hamás ha vuelto a dejar claro que es la única autoridad en Gaza. Después de que un grupúsculo salafista de radicales afines a Al Qaeda, los llamados Soldados de los Compañeros de Dios o Jund Ansar Allah, declararan el viernes el inicio de una teocracia en Palestina, Hamás respondió con contundencia para sofocar el desafío de cuajo. 24 personas han muerto, seis de ellas civiles, 120 han resultado heridas y 90 arrestadas tras una noche de intensos combates.

INMOLACION DEL LIDER Entre los fallecidos está el líder del grupo radical, el médico y clérigo local Abdelatif Musa, conocido también como Abu Noor Al Maqdisi, y su mano derecha, Abu Abdula As Suri. De acuerdo con el Ministerio del Interior de Gaza, Musa, de 47 años, se inmoló en una casa haciendo estallar el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo después de matar a un mediador que había enviado el Gobierno islamista para negociar su rendición y la de sus seguidores.

La chispa prendió el viernes. Desde la mezquita salafista de Rafá, Musa, flanqueado por varios encapuchados armados, acusó al movimiento islamista Hamás de ser demasiado liberal.

A continuación, el clérigo declaró un "emirato islámico" en la ciudad sureña de Rafá y anunció la imposición de la sharia (ley islámica). "Hamás conocía sus intenciones y durante la semana envió a varios mediadores para evitar la confrontación", explica un periodista de Gaza.

El salafismo es una corriente ultraconservadora del islam que aboga por una vida piadosa, una estricta interpretación de las leyes islámicas y una vuelta a los códigos imperantes durante los días del Profeta, en el siglo VII.

Las posiciones de Hamás, un movimiento islamista moderado, chocan con sus postulados. Varias veces, Al Qaeda ha criticado sus treguas con Israel, su dedicación exclusiva a la causa nacionalista palestina, sus ansias de ser socio de Occidente y su rechazo a imponer la sharia .

Desde que barrieron la rebelión de las fuerzas leales a la Autoridad Nacional Palestina en la franja hace dos años, los islamistas han tratado de poner coto a los grupos yihadistas , conscientes de que son una amenaza a su supremacía y un virus nefasto para las relaciones públicas. "Esta gente está mentalmente enferma", dijo ayer en un comunicado su Ministerio del Interior. Pero ante la desesperación y la ruina económica creada por Israel con el bloqueo y la guerra, el terreno es cada día más propicio para el arraigo del islamismo más nihilista y radical.