El relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, ha asegurado hoy en México que en los últimos dos años ha aumentado "significativamente" el hambre mundial y que existen ya más de 1.000 millones de personas que la padecen y 3.000 millones de desnutridos.

Esta situación es "alarmante" y los Estados deben desarrollar "programas eficientes" que hagan frente a esta problemática que se agudiza cada vez más con factores como el crecimiento demográfico, la crisis alimentaria y el cambio climático, ha aseverado el alto funcionario de Naciones Unidas.

Durante su intervención en un foro que organizaron diversas ONGs sobre el derecho a la alimentación, De Schutter reconoció que aunque los países menos desarrollados son siempre los más vulnerables ahora "la crisis económica está empeorando más la situación" y extendiendo los afectados por ella.

MENOS FONDOS

El relator prevé que en los próximos años los países tendrán "menos fondos para poder desarrollar los programas que necesitan para poder enfrentar el desafío" tanto del hambre como de la malnutrición.

Criticó que en muchos países se hable del hambre en los Legislativos sin concretar iniciativas concretas que sean eficaces en la búsqueda de soluciones.

"Eso no es suficiente. Tenemos que movilizarnos contra el hambre y empezar a identificar los sectores vulnerables para que en realidad sean atendidos, porque es un derecho que se está violando tanto como si fueran los propios derechos humanos", añadió De Shutter.

ALZA DE PRECIOS POR LA EXPORTACIÓN

Finalmente lamentó ante más de medio millar de asistentes al foro, congregados en el Instituto Nacional de Nutrición, que en los últimos año producción de alimentos se oriente sobre todo a la exportación, no a garantizar el consumo, lo que presiona al alza los precios.

Recordó que pese a que la población mundial sigue creciendo, entre 2000 y 2008 la producción mundial de cereales ha caído entre un 3% y un 4%. Para De Schutter es importante que cada país centre algunas de sus políticas en combatir la desnutrición y el hambre con el propósito de garantizar en el 2050 la seguridad alimentaria en el mundo.