Françoise Bettencourt-Meyers, la hija de Liliane Bettencourt, heredera del imperio L'Oréal, se ha reconciliado con su madre y ha retirado todos los cargos judiciales que mantenía contra ella, según ha explicado su abogado, Olivier Metzer.

"Liliane y Françoise, como ellas esperaban, se han reconciliado y han acordado terminar con todas las polémicas", ha declarado Metzer a France Presse.

El caso L'Oréal ha salpicado también al Gobierno francés por la implicación del exministro de Presupuestos y extesorero del partido del presidente francés, Nicolas Sarkozy, Eric Woerth, que actuaba como consejero de Bettencourt a través de su esposa. La mujer tenía cuentas opacas en paraísos fiscales, según se reveló en grabaciones de conversaciones privadas realizadas por su mayordomo.

Woerth ha sido apartado de sus cargos en la última remodelación ministerial.

Françoise Bettencourt-Meyers habría llegado a un acuerdo extrajudicial con François-Marie Banier, el fotógrafo amigo de la anciana, que provocó todo el caso al destaparse que había recibido donaciones multimillonarias de su madre, de 88 años. Banier se ha comprometido a retirar sus denuncias.

La hija de la multimillonaria acusaba a Banier de aprovecharse del "estado de debilidad" de su madre para saquear su patrimonio y solicitaba que se declarara "incapaz" a su madre por dilapidar la fortuna familiar, estimada en 17.000 millones de euros. Lilliane Bettencourt desheredó a Banier, a quien había nombrado heredero, el pasado verano.