Abogados de más de 600 niños nacidos en EEUU presentaron ayer una demanda contra el presidente estadounidense, Barak Obama, con el fin de lograr que los padres de los menores, todos ellos inmigrantes ilegales, puedan permanecer en territorio norteamericano y no ser deportados. "No estamos en contra de Obama. Lo que buscamos es que pueda utilizar su autoridad para frenar las deportaciones", afirmó Nora Sandigo, directora de la organización Fraternidad América (FA).

La demanda ha sido presentada al Tribunal Supremo que, si falla a favor, abrirá las puertas para que Obama pueda actuar. Algunos padres de estos niños ya han sido deportados y otros esperan recluidos en centros de inmigración para ser expulsados. Los abogados confían en que, con Obama, se reforme la actual ley migratoria y se aplique la normativa de 1956. La ley de entonces, que estuvo en vigor 40 años, daba cierto tiempo a los padres para regularizarse y evitar la expulsión.