Tras debatir con las autoridades de China estrategias para apaciguar el más reciente brote de tensión entre las dos Coreas, suscitado por el hundimiento de la patrullera Cheonan en marzo, Hillary Clinton escenificó ayer públicamente en Seúl, a solo un puñado de kilómetros de la frontera intercoreana --la demarcación más militarizada del mundo--, el "firme compromiso" de EEUU con la seguridad de Corea del Sur. En otra vuelta de tuerca en la escalada de la tensión en la zona, el régimen de Pyongyang respondió con la amenaza de impedir el acceso al complejo industrial conjunto transfronterizo si Seúl ponía en marcha de nuevo la propaganda a través de altavoces en la frontera.

Hace seis años, el Gobierno de Seúl suspendió la difusión de consignas antinorcoreanas desde la megafonía situada junto al paralelo 38, así como la distribución de octavillas con mensajes contrarios al régimen de Kim Jong-il, lo que era considerado como una agresión por el Gobierno norcoreano.

La reinstalación de los amplificadores apuntaba a que Seúl recurriría de nuevo al arma propagandística para castigar a Corea del Norte por haber hundido una patrullera surcoreana mientras navegaba por sus propias aguas territoriales. La campaña que lleva a cabo el sur pretende "empujar las relaciones intercoreanas, que se agravan día a día, al borde de la guerra", según la agencia norcoreana KCNA.

UN POCO DE HISTORIA El parque industrial de Kaeson se inició en el 2001 y emplea a 38.000 norcoreanos que trabajan a cuenta de 101 sociedades del sur que generan cada mes millones de dólares en bienes manufacturados. Su importancia para la economía del norte es fundamental, amén de ser una fuente de divisas para los capitostes del régimen. Es difícil pensar que Pyongyang pudiera dañar esa fuente de ingresos.

Clinton lleva varios días de gira por la zona intentando desactivar la escalada verbal, que, aunque es improbable que degenere en guerra abierta, sí daña la economía y crea incertidumbre. "Hay una senda diferente para Corea del Norte y creemos que es del interés de todo el mundo, incluyendo a China, que persuadan a Corea del Norte a cambiar de dirección", proclamó la mandataria estadounidense.