Tras la desintegración de la URSS, en enero de 1992, el nuevo Gobierno ruso, encabezado por el economista Egor Gaidar, inició reformas liberales para acabar con la economía centralizada, lo que provocó una gran inflación y un empobrecimiento del 75% de la población. Rusia entró en una profunda crisis política por la confrontación entre Boris Yeltsin y el Soviet Supremo, controlado por los comunistas de Jasbulatov.

En 1993, Yeltsin suprimió un golpe de Estado, liderado por el vicepresidente ruso, Alexandr Rutskoi y Ruslan Jasbulatov; sin embargo, la Duma siguió controlada por los comunistas hasta 1999. En 1994, el Kremlin invadió Chechenia. La operación terminó con la firma de una paz humillante para Moscú. La deuda rusa desató la crisis económica de 1998, que hundió el sistema bancario. En diciembre de 1999, Yeltsin cedió el poder al exagente del KGB Vladimir Putin.