Pakistán accedió a la independencia en 1947, y desde entonces, salvo cortos periodos, ha estado gobernado por regímenes militares o sometido al estado de excepción.

Desde que en 1958 el general Iskander Mirza proclamara la ley marcial ante la imposibilidad de ser elegido en las urnas, la historia se ha ido repitiendo sucesivamente en Pakistán con asombrosa semejanza: un presidente impopular y cuestionado que, ante la inminente perspectiva de perder el poder político, decide suspender las libertades sociales.