El Gobierno holandés, que ayer asumió la presidencia semestral de la Unión Europea (UE), dará prioridad a promover la Constitución europea entre los ciudadanos de los 25, para evitar ser rechazada en alguno de los referendos previstos. Así lo anunció Jan Peter Balkenende, primer ministro holandés, tras reunirse en La Haya con Romano Prodi, presidente de la Comisión.

Balkenende dijo que creará "un grupo de trabajo para apoyar el proceso de ratificación de la Constitución", si bien no entró en detalles sobre su composición ni su misión. Balkenende está consultando con todas las capitales de los 25 y la creación de ese grupo será uno de los temas del Consejo de Ministros de Exteriores de la UE que se celebrará en Bruselas el 12 de julio.

Entre las altas esferas de la política europea cunde la preocupación de que el texto constitucional no logre el apoyo de la opinión pública. Máxime tras el fracaso de participación en las elecciones al Europarlamento. De nada serviría el acuerdo de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que rubricarán la Carta Magna en otoño en Roma, si los votantes de un solo país la rechazan en referendo, pues quedaría bloqueado el proceso de ratificación que durará los dos próximos años, y la entrada en vigor en el 2007 de la primera Constitución continental.

LOS RETOS Los principales retos de la presidencia holandesa serán hacer funcionar una UE con 25 países miembros, y preparar el terreno para la adhesión de otros tres: Bulgaria, Rumanía y Croacia. En octubre, deberá conducir el debate sobre si Turquía es una democracia a la altura de las exigencias occidentales.

En el capítulo presupuestario, Madrid chocará con La Haya, que pretende que el grueso de las ayudas de la UE a las regiones menos desarrolladas abandonen los países mediterráneos y se concedan a los del Este. Pero la batalla no quedará zanjada antes del próximo verano.