En el hospital de Bab el Ued dicen que tienen todo lo que necesitan pero reconocen que no les vendrían mal "compresas, guantes, camisolas y medicamentos". Con el "desastre" se han agotado las reservas, explica su director. El Ministerio de Sanidad debería abastecerles de nuevo gracias a la ayuda internacional pero el secretario del centro Nazef Chabane precisa que la ayuda que les llegue directamente "por lo menos se sabrá para qué se usa".

"Aquí estamos acostumbrados a las tragedias", precisa Ghania, una puericultora que tiene todavía en memoria las inundaciones del 2001, en las que el centro pagó un duro tributo, con la muerte de 30 médicos y enfermeras. En aquel momento, sor Lourdes, una monja agustina española todavía no había vuelto al lugar donde dejaron la vida dos de sus compañeras en 1995.

Pero la relativa mejora de la situación permitió que sor Lourdes y sor Laura volvieran a Bab el Ued para seguir ayudando a su población. Sor Lurdes trabaja precisamente en el centro hospitalario, en el servicio de pediatría, y sor Laura, por su parte, se ocupa de un taller de costura y de una guardería en las afueras de Argel.