La huelga general en Portugal registró ayer un seguimiento récord de tres millones de trabajadores de un total de cuatro, según datos de los sindicatos, y afectó especialmente al sector de los transportes, sobre todo el aéreo.

La huelga fue la primera convocada en 22 años por los dos grandes sindicatos lusos, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista) y la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), con el objetivo provocar un cambio en la política de austeridad del Gobierno socialista luso.

Mientras que los sindicatos celebraron los resultados del paro, el Ejecutivo resaltó que su incidencia fue "reducida" en el sector privado y cifró en el 28% la adhesión entre los funcionarios públicos.

La ministra de Trabajo, Elena André, estableció en un amplio abanico el seguimiento del paro en el sector de los transportes, dependiendo de las empresas, y se felicitó por la ausencia de incidentes relevantes.

Por su parte, el secretario de Estado de la Administración Pública, Goncalo Castilho, señaló que en la enseñanza cerraron el 31,5% de los centros y en la sanidad paró el 38,5% de los trabajadores.

En declaraciones a medios estatales lusos, la Confederación Empresarial de Portugal (CEP) también rebajó el impacto estimado por los sindicatos y apuntó que la iniciativa privada trabajó.

Datos extraoficiales recogidos por los medios lusos situaron en cerca del 4% el seguimiento de la huelga entre la industria.

LA VERSION SINDICAL Sin embargo, la CGTP y la UGT trazaron un panorama opuesto y subrayaron la ausencia de transporte, actividad en los puertos y aeropuertos, así como la paralización de los tribunales, la enseñanza, el sector público y los servicios municipales.

Ambos sindicatos proclamaron además que el paro de ayer había sido el mayor de la historia de Portugal y constituye un claro rechazo de los trabajadores a las medidas de ajuste aprobadas por el Gobierno del primer ministro, José Sócrates, con las que pretende reducir el déficit del país hasta el 4,6% en 2011.

Manuel Carvalho da Silva y Joao Proenca, dirigentes sindicales de la CGTP y UGT, respectivamente, afirmaron que los sindicatos aprovecharán el impacto del paro para exigir "con más fuerza" acuerdos sobre seguridad social, protección de los trabajadores y desempleados y un cambio general de políticas.

Entre los sectores más afectado por la huelga, sobresale el del transporte aéreo, en el que se habían cancelado hasta esta tarde la mayoría de los vuelos que tenían previsto partir o aterrizar en los aeropuertos lusos, a excepción de algunas conexiones a los archipiélagos atlánticos de Las Azores y Madeira.

Según datos recabados por Efe, de los 155 vuelos que estaba previsto que aterrizaran hasta primera hora de la tarde en la capital lusa, ya se habían cancelado 144, mientras que de los 147 aviones que partían desde este mismo aeropuerto solo cuatro estaban confirmados.

EL TRANSPORTE, DONDE MAS La huelga general también afectó severamente los transportes públicos, especialmente en Lisboa, donde los paros en el tren, el barco, el metro, el tranvía y los autobuses provocaron interminables esperas entre los usuarios de la capital lusa.

En el resto de los sectores de la ciudad, la huelga tuvo aparentemente menor impacto y la mayoría de los comercios y restaurantes del centro permanecieron abiertos.

No obstante, se realizaron algunos piquetes, como el organizado por algunos trabajadores del Ayuntamiento de Lisboa, quienes se concentraron en la Plaza del Municipio en demanda del mantenimiento de varios servicios básicos por parte del consistorio.