La organización de derechos humanos Human Rights Watch ha pedido a la OTAN que investigue el caso de Razia, una niña afgana de ocho años que sufre quemaduras como consecuencia de una bomba de fósforo blanco. Mientras el padre de la niña culpa a las tropas extranjeras de utilizar este tipo de munición, la Alianza Atlántica lo desmiente y asegura que posiblemente fue un proyectil de mortero de los talibanes.