Poner nombre y apellidos a los miles de cuerpos y restos humanos que hasta ahora son sólo un número. A esta titánica tarea se dedican desde ayer 60 expertos de todo el mundo en el centro de información de identificación de víctimas (DVI), el más grande y moderno del mundo, abierto la víspera en la isla tailandesa de Phuket.

La operación, dirigida por Tailandia y con la asistencia de Interpol, no tiene precedentes en el mundo. Los expertos que allí trabajan están ya curtidos en desastres naturales, guerras y ataques terroristas, pero reconocen que nunca se habían visto implicados en nada similar. "El 11-S palidece en comparación", afirma Jonie Webb, de una agencia de Hawai especializada en la búsqueda e identificación de soldados estadounidenses.

Tecnología punta

"Este centro, el DVI, utiliza las mejores y últimas tecnologías de todo el planeta", afirma Jeff Emery, inspector de la policía australiana que está a cargo del equipo de 60 especialistas. Emery advierte de que la identificación de los miles de muertos puede tomar tiempo --unos nueve meses, calcula-- por lo que pide "paciencia".

Sólo en Tailandia, el último recuento provisional de víctimas cifra en 5.039 los muertos: 1.728 tailandeses, 1.240 extranjeros y 2.341 que aún no han sido identificados. El número de desaparecidos se eleva a 3.370 personas, presumiblemente todas ellas muertas.

Las autoridades tailandesas han prometido analizar todos los restos humanos hallados después del tsunami, incluso aquellos que fueron enterrados por razones sanitarias, lo que provocó las protestas de los gobiernos europeos con ciudadanos desaparecidos. Según las autoridades, se van a exhumar a entre 600 y 800 cadáveres.

El DVI ha puesto en común diversos programas ya existentes, como una base de datos de personas desaparecidas establecida por la policía australiana o programas de identificación facial, provenientes de EEUU.

Los expertos deben tratar miles de informaciones genéticas, no sólo de las víctimas, sino también de sus familiares, para hacerlas coincidir. Los familiares envían muestras de su propio ADN y facilitan información sobre las víctimas, como radiografías o moldes dentales.

Interpol tiene tres formas oficiales de identificar un cuerpo: a través de moldes dentales, de huellas dactilares y muestras de ADN. En sólo unas horas, el DVI ya ha recibido unos 1.000 moldes dentales de todo el mundo y los expertos confían en que, en algunos casos, sean suficientes para identificar un cuerpo.

El centro, instalado en la tercera planta de una compañía de telecomunicaciones, actúa como una especie de gigantesca base de datos, donde se cruzan las informaciones extraídas de las víctimas con las informaciones procedentes de países donde hay desaparecidos.

Mensaje a los tailandeses Sin embargo, Robert Jensen, presidente de la firma Kenyon, especializada en trabajos forenses, advierte de que este trabajo no se trata de una ciencia exacta."Es más duro porque se mezcla la emoción humana", afirma este especialista.

El oficial de la policía australiana Carl Kent también quiere lanzar un mensaje de tranquilidad a los familiares de las víctimas tailandesas, que temen que los equipos de forenses extranjeros solamente estén interesados en identificar a los turistas. "Todos los exámenes se realizarán sin discriminaciones en función de la etnia o la raza", asegura.