La gran ofensiva que las tropas estadounidenses lanzaron esta semana contra la resistencia iraquí ha sido más sangrienta de lo que se creía. Según el imán de la mezquita de Raua, una localidad situada a unos 350 kilómetros al noroeste de Bagdad, 82 rebeldes murieron el jueves tras ser atacados por fuerzas de EEUU en un campo de entrenamiento ubicado cerca de esta población. El número de víctimas mortales de la operación Golpe a la península, cifrado el viernes en 101, se eleva a 183.

El imán Gabdi Abdel Aziz aseguró que él mismo había ayudado a enterrar la mayor parte de los 82 cadáveres --algunos de los cuales estaban "completamente carbonizados"-- en el cementerio.

En Berlín, el presidente español, José María Aznar, volvió a insistir en que hallar las armas de destrucción masiva "es cuestión de tiempo". "Ya han aparecido elementos de programas armamentísticos prohibidos, y día a día hay nuevas informaciones sobre esos programas", dijo Aznar al semanario Bild .