Después de tres semanas de guerra y más de un mes de parón administrativo, la impaciencia se apodera de los iraquís que subsisten de las ayudas estatales. Ayer, miles de pensionistas se agolparon en la capital para cobrar su paga y, tras una larga y calurosa espera, se impacientaron.

Las fuerzas de EEUU, encargadas de la seguridad de Bagdad, recurrieron a todas las formas de persuasión, incluida la amenaza con las armas.

Los problemas de seguridad continúan. Y en este apartado España piensa ayudar. El español Miguel Benzo, designado coordinador de la Administración civil provisional de Irak ante la ONU, ofreció contribuir en la formación y reorganización de las fuerzas de seguridad. La idea, según Benzo, fue "muy bien recibida" en la Administración provisional. La seguridad y el orden público son actualmente la prioridad número uno ante las quejas, sobre todo en Bagdad, por la proliferación de armas y de robos.

La propuesta debe aprobarla en breve el general británico Tim Cross, encargado de coordinar la contribución civil de los distintos países. En caso de aceptarse este papel para España, probablemente recaería en la Guardia Civil, que ya ha realizado tareas similares en el pasado en países como Mozambique o Guatemala.

Hasta el momento, hay en la Administración provisional unos 300 expertos en diferentes áreas de EEUU, el Reino Unido, Italia, Corea, Australia, Dinamarca, República Checa o Polonia.