Los documentos filtrados por el portal de Julian Assange han sacado a la luz nuevas revelaciones sobre la actuación de los diplomáticos de EEUU en varias zonas calientes del mundo. Entre ellos, la embajadora estadounidense en Seúl, quien recomendó que, en caso de que el régimen de Corea del Norte se desintegrara, el rico vecino del sur ofreciera incentivos económicos y comerciales a China. Así, se tragaría el sapo de una península coreana reunificada y aliada de EEUU.

La diplomacia estadounidense también ha presionado a otros países para que acojan a los reos de Guantánamo, ante la imposibilidad de liberar sin más a los reclusos sospechosos de terrorismo. A Eslovenia le ofreció a cambio una entrevista con Obama. EEUU tanteó, además, al pequeño estado insular de Kiribati, en el Pacífico, con millones de dólares.

En relación a Gran Bretaña, un documento habla del "comportamiento grosero" del príncipe Andrés. El hijo de Isabel II habría criticado en un almuerzo de trabajo a la Oficina Británica contra el Fraude y a EEUU por investigar un acuerdo de compra de armamento con las autoridades de Arabia Saudí. Esa investigación reveló sobornos, corrupción y fraudes por miles de millones de libras, y el suministro de prostitutas a miembros de la familia real saudí.

Israel también está en el punto de mira, ya que, según las filtraciones de Wikileaks, trató de coordinar la operación Plomo Fundido en Gaza con Egipto y la Autoridad Palestina. En junio del 2009, seis meses antes del inicio de la guerra, el ministro de Defensa, Ehud Barak, afirmó ante una delegación de congresistas estadounidenses que su país había preguntado a ambos gobiernos si estarían dispuestos a hacerse cargo de Gaza una vez Israel derrotara a Hamás. "Como era de esperar, la respuesta de ambos fue negativa", dijo Barak, informa Ricardo Mir de Francia.

Un ´topo´ en Berlín

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, es otro de los dirigentes que ha salido mal parado, al atribuirse al Partido Liberal un topo que pasó información a EEUU sobre las negociaciones para formar un gobierno de coalición con los cristianodemócratas.

Joseph Ratzinger también aparece en los documentos. Fuentes diplomáticas se refirieron al Papa, tras su elección --una "sorpresa" para el Gobierno de EEUU--, como un hombre "sorprendentemente humilde, espiritual y fácil de tratar".