La entrevista mantenida ayer entre el presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, y el primer ministro de la India, Atal Behari Vajpayee, abre una nueva perspectiva en las relaciones entre las dos potencias nucleares, que viven desde hace medio siglo su particular guerra fría. Esta fue su primera reunión en los últimos dos años y supone un fuerte espaldarazo a la calma que vive la zona de Cachemira desde finales de noviembre, cuando Pakistán declaró un alto el fuego.

Los dos mandatarios se reunieron en Islamabad, en el marco de la segunda jornada de la XII Cumbre de la Asociación para la Cooperación Regional del Sur de Asia (SAARC). Según el ministro de Información paquistaní, Sheikh Rashid Ahmed, los gobernantes mantuvieron "discusiones detalladas" sobre asuntos bilaterales durante más de una hora. El conflicto de Cachemira y el terrorismo estuvieron en esa "ronda global de conversaciones", se limitó a decir Ahmed.

La cuestión de Cachemira es el contencioso más grave que enfrenta a ambos estados desde la independencia del Reino Unido, en 1947, y ha sido motivo de dos de las tres guerras libradas por las dos potencias nucleares del sur de Asia.