Los atentados de Bombay, que según las últimas cifras causaron 188 muertos y más de 300 heridos, han abierto una nueva llaga en las ya deterioradas relaciones entre la India y Pakistán. Tras asegurar que los terroristas venían de suelo paquistaní, el Gobierno indio convocó ayer al embajador de Pakistán en Nueva Delhi y transmitió una protesta formal a Islamabad por su falta de contundencia en la política antiterrorista y le pidió "acciones firmes" contra "los responsables de la atrocidad".

Aunque evitó culpar directamente al Gobierno del país vecino, el Ejecutivo indio aseguró tener pruebas de que fueron "elementos paquistanís" los que urdieron la masacre. El único detenido, Azam Amir Qasad, procede de Pakistán y pudo haber confesado su pertenencia al grupo Lahskar-e-Toiba, con base en ese país. Los investigadores creen que los terroristas recibieron entrenamiento en Pakistán.

Islamabad --que negó cualquier complicidad con los atentados-- aseguró que cooperará con la India para descubrir a los autores de la masacre, aunque pidió pruebas de las acusaciones. El presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, subrayó la necesidad de evitar una escalada de tensión entre los dos países. En medio de esta situación, las dos potencias nucleares surasiáticas han comenzado a mover los hilos en busca del respaldo de sus aliados internacionales.

Mientras siguen las investigaciones, las agencias de seguridad indias se han convertido en blanco de numerosas críticas, especialmente tras conocerse que hubo advertencias de posibles atentados pocos días antes de que se produjeran. Según la televisión NDTV, el 18 de noviembre los servicios de espionaje indios alertaron de la posibilidad de que se perpetrara un ataque por mar e incluso mencionaban los hoteles Taj y Oberoi como posibles objetivos. Sin embargo, los avisos se perdieron entre la ola de alertas genéricas que reciben los cuerpos de seguridad.

ESCALA ESPAÑOLA EN LONDRES Por otra parte, el barcelonés Rafael Beaus, que junto a su esposa María Rosa Romero regresaba de la India en un avión medicalizado tras haber resultado heridos en los atentados, tuvo que ser ayer ingresado en un hospital de Londres al empeorar su estado. Según explicó a este diario su hijo, Beaus sufrió una hemorragia y tuvo que practicársele una transfusión de sangre.